Sales
en el agua:
motivo de incrustaciones
y corrosión
El
agua, recurso utilizado prácticamente en
toda actividad humana, contiene naturalmente carbonatos
de calcio, magnesio
(compuestos iónicos) y otras sales, así
como microorganismos y elementos varios en solución.
Las sales presentes en
el fluido de un circuito se adhieren
a sus paredes interiores debido a las cargas
eléctricas naturales de sus moléculas
y a las propiedades de sus estructuras
cristalinas. Bajo determinadas condiciones
de temperatura y presión estas incrustaciones
se ven incrementadas causando el crecimiento en
espesor de una capa calcárea/magnésica
acarreando graves consecuencias económicas
y de producción.
IONIS
actúa directamente sobre las sales insolubles
del circuito mediante un tratamiento físico
no intrusivo, modificando las propiedades
de adherencia de estos componentes
incrustantes.
En
un circuito de agua sin tratamiento IONIS,
las sales incrustadas conllevan al deterioro
progresivo e irreversible de las paredes
metálicas sobre las cuales se incrustan.
Acción comúnmente conocida como
corrosión, se trata de
una reacción electroquímica
(espontánea) destructiva que, como es sabido,
ataca a la mayoría de los metales utilizados
comúnmente en cualquier industria y actividad
productiva.
IONIS
modifica la estructura cristalina de las sales
incrustantes logrando disminuir su salinidad y
pH a un nivel suficientemente menor como para
detener la corriente galvánica,
principal causal del fenónemo
natural de la corrosión.
La
formación de incrustaciones calcáreas
ocurre sin un correcto tratamiento del
agua, y afecta a circuitos y maquinarias
de varias maneras:
•
disminución
del caudal hasta llegar a su parálisis,
debido al crecimiento del espesor de una capa
calcárea.
•
corrosión
irreversible de toda superficie metálica
presente en el circuito, hasta su deterioro
total.
•
necesidad
de recambio de tramos completos
de tubería de circuitos de agua.
•
recambio
de piezas y partes de maquinarias afectadas
por la corrosión e incrustación.
•
pérdida
de entre un 40% y 90% de la efectividad
de sistemas de transferencia de calor
(destiladores, intercambiadores, torres de
refrigeramiento, condensadores, calderas)
debido a la aislación térmica
provocada por las incrustaciones.
Esto traducido a términos económicos
significa el acarreo de grandes esfuerzos
de mantenimiento correctivo calculados
en miles a millones de dólares, dependiendo
de la infraestructura de las instalaciones objeto
de análisis.